Reseña: El retorno


Título: El retorno

Título original: The return

Saga a la que pertenece: Titán 1

Autora: Jennifer L. Armentrout

Editorial: Ediciones Kiwi

Nº de páginas: 360 págs.

ISBN: 9788416384389





Las Parcas se están partiendo sus huesudos culos…
Ha pasado un año desde que Seth sellara con los dioses el trato en el que les entregaría su vida. Y, hasta ahora, los trabajos que le han encomendado han sido bastante violentos y sangrientos —algo que a él ya le va bien—. Pero ahora, Apolo tiene en mente otro destino para Seth.
Tendrá que hacer de protector y a la vez mantener sus manos y dedos quietos, y esto, para alguien que tiene problemas de contención, puede ser el reto más difícil.
Josie no tiene idea de qué va el buenorro, pero se imagina que su llegada significa que la nueva vida que empezó tras abandonar su hogar será tirada a una batidora de tamaño Olímpico y hecha puré. O Josie se está volviendo loca o una pesadilla salida de un antiguo mito la está persiguiendo.
Aunque podría ser que la extraña atracción latente entre ella y Seth, el chico de ojos dorados y lleno de secretos, demostrara ser lo más peligroso de todo.



Hace mucho que no leía nada de esta autora y he cogido este libro con muchas ganas. Desde el primer momento, tengo que reconocer que la historia me ha encandilado. Siempre me ha gustado como escribe esta mujer, pero con este libro, se ha superado.
En un mundo en el que dioses de la Antigua Grecia, mestizos, puros y mortales conviven, nuestra historia empieza con Seth un joven al servicio de los dioses griegos. Es el Apollyon, el elegido por los dioses para hacer cumplir sus designios. Es un chico rebelde, que a pesar de tener que seguir órdenes, hace siempre lo que le viene en gana.
Su vida iba bien, los dioses no daban guerra y él tenía la libertad que su condición de Apollyon le daba.
Pero un buen día, Apolo decide convertirle en el guardián y protector de Josie, una “mortal” centrada en sus estudios, para conseguir encontrar una cura para la enfermedad de su madre. La aparición de Seth hace que su vida de un giro de 180º, introduciéndola en un mundo de locura en el que la tradición y la modernidad se fusionan creando una sociedad compleja a la vez que caótica.
Su objetivo es llevar a Josie al Covenant de Dakota del Sur y ponerla, de esta manera, a salvo, lo cual supone una odisea, porque Josie no va a ser una niña dulce y manejable. Es una chica fuerte con ideas propias que sigue sus instintos y ni los Titanes ni ningún Dios se interpondrá en su camino.
Nuestra protagonista, Josie, nunca ha conocido a su padre, fue criada por sus abuelos, porque su madre estaba enferma, pero eso nunca le ha supuesto un problema, no le ha importado, porque su abuelo fue su figura paterna. Pero cuando Seth llega a su mundo, se encuentra con que toda su vida se pone patas arriba, quien le muestra que todo aquello que creía que era mitología es real y convive con su propio mundo.
Por otro lado, Seth. Seth es el Apollyon, creado por los dioses con la misión de acatar sus órdenes. Es un chico rebelde, que ha sufrido mucho en su pasado y que ha hecho un pacto con el diablo para salvar a quienes le importan. Conocer a Josie supone un soplo de aire fresco y un rayo de alegría a esa burbuja de oscuridad en la que estaba metido.
El resto de personajes, a pesar de no tener la misma importancia que los protagonistas, son clave para el desarrollo de la historia, desde Erin (la mejor amiga de Josie), hasta los dioses y Deacon, Luke (mejores amigos de Seth) y el resto de Centinelas.
Narrada desde la perspectiva de ambos protagonistas, me ha permitido conocer a ambos, aunque muchos secretos no se desvelan hasta las últimas páginas, manteniéndote enganchada a sus páginas en todo momento.
Increíble el enganche que he tenido con este libro, en breves me voy a leer la siguiente parte porque me he quedado con ganas de más de muuuucho más jajaja.
Es necesario en vuestras vidas jajaja. Si os gusta la mitología tanto como a mí, vais a disfrutar el libro muchísimo.

—¿Confundida? —Mi risa fue tan seca como el polvo—. Hace veinticuatro horas pensaba que los dioses griegos no eran más que mitos, y ahora…
—Y ahora sabes que eres uno de los mitos —terminó—.

Dos días y ya había dormido en la misma cama que él, cama que ahora volveríamos a compartir, cuando yo nunca había compartido la cama con ningún chico. Dos días desde que mi vida había comenzado a desmoronarse al encontrarme con él en las escaleras, y solo un día desde que había descubierto la verdad acerca del mundo y de mí misma, sin embargo parecía mucho más.

Los mortales ven lo que quieren ver. Nunca lo que realmente es.

A pesar de ser un enigma que no creía que pudiera descifrar, confiaba en él.

Sabiendo que no me merecía aquello, dejé caer las manos junto a mis muslos, intentando conseguir un poco de autocontrol, pero era como aferrarse a las gotas de la lluvia.

El aire brillaba alrededor del hombre que conocía como Bob y entonces él… él ya no fue Bob. En su lugar había un hombre con quien compartía algunos rasgos, pero era más alto y más fuerte, con la cabeza llena de rizos rubios y unos ojos que seguían haciendo juego con los míos.
—Mierda. —Con el corazón desbocado, me tambaleé hacia atrás y luego miré la pintura que estaba cara a la pared—. Santa mierda.
Seth extendió la mano, pero negué.
—Estoy bien. Simplemente nunca he visto a alguien hacer un
Photoshop en directo sobre sí mismo.

En ese momento, supe que él necesitaba que me quedara. Realmente necesitaba más que eso. Dejarlo no probaba nada de lo que acababa de decirle y no quería dejarlo. Mi estómago se agitó nervioso mientras daba un paso hacia él.

El beso…
Robó mi alma. Me reclamó de una forma que no sabía que fuera posible. Se metió dentro de mí, creando más que un incendio. Había esperanza en aquel beso. Una promesa de más, de redención.

De salvación.




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